Ficha
Título: Carrie
Autor: Stephen King
Editorial: Orbis Fabbri,
Nº de páginas 282
Lengua: Castellana
Traducción: Gregorio Vlastelica
Sinopsis (extraída de la web de La casa del libro)
El escalofriante caso de una joven de apariencia
insignificante que se transformó en un ser de poderes anormales, sembrando el
terror en la ciudad. Con pulso mágico para mantener la tensión a lo largo de
todo el libro, Stephen King narra la atormentada adolescencia de Carrie, y nos
envuelve en una atmósfera sobrecogedora cuando la muchacha realiza una serie de
descubrimientos hasta llegar al terrible momento de la venganza. Esta novela
fue llevada al cine con un inmenso éxito de público y crítica.
Opinión personal
Stephen King es uno de los novelistas más conocidos de
nuestra época. Pondría la mano en el fuego apostando a que es imposible pisar
una librería y que de
King no haya ni un sólo título. La crítica no siempre le
ha tratado bien, ahí estaba
Harold Bloom, por ejemplo. Pero en lo que se
refiere al público lector,
King no puede tener queja. Además, su figura está
ligada a la historia del cine por adaptaciones de sus obras a la gran pantalla.
Las dos más destacadas son
El resplandor, en 1980, de
Stanley Kubrick, y
Carrie
en 1976, del director
Brian de Palma y protagonizada por
Sissy Spacek. Y sobre
esta última novela,
Carrie, va la entrada de hoy. Yo no había leído nada de
King, y aunque sólo fuera por curiosidad, tenía que poner remedio. Bueno,
miento: me estrené con
King tiempo antes. Una vez, en la biblioteca, vi un
librito de
King muy cortito. Se trataba de
Montado en la bala, un relato corto
que publicó de forma independiente, y que después recopiló en su libro de
relatos
Todo es eventual. ¿Mi opinión de
Montado en la bala? Ni fu ni fa. Aunque
apenas lo recuerdo, no me pareció malo pero me dejó frío. No me entusiasmó y me
olvidé de
King. Pero creo que siempre hay que dar segundas oportunidades, así
que me decidí por
Carrie, novela que además me habían recomendado, y que
después de ver la película me entraron ganas de leerla —siempre me gusta
comparar película con libro—.
Carrie fue
la primera novela que publicó
Stephen King en 1974 —aunque no la primera que
escribió—, y que ya le dio cierta fama. Pero basta de preámbulos, es hora de
abrir la Posada
del lector para adentrarnos en la novela. Pero eso sí, antes de que pasen por
la puerta, un aviso:
esta entrada contendrá spoilers. Toda la obra será
destripada. Aunque considero que, si no han leído el libro pero sí han visto la
película, esta entrada se puede leer si tienen manga ancha. Pero por el
contrario, si son muy recelosos de los spoilers, avisados quedan. Y ya aviso
que la novela nos muestra una mayor amplitud de miras que la película. Ustedes
deciden si seguir leyendo o detenerse aquí.
 |
Stephen King, en una fotografía antigua, en sus inicios de escritor |
Carrie White es una pobre chica. Un bicho raro desde que
empezó el colegio, un bicho raro casi desde que tiene memoria. Una apestada
social que, por lo tanto, durante toda su vida ha sufrido bullying. Un bullying
que además se complica por su madre, Margaret White—y es que ser hija de quien
eres te puede estigmatizar a ojos de la sociedad—: una fanática antisocial que
profesa una religiosidad enfermiza, obsesiva y dolorosa, tanto para ella misma
como para su hija. El fanatismo de Margaret White caerá sobre Carrie como una
losa, paralizando y obstaculizando el crecimiento social y educativo de la
chiquilla. Así pues, tenemos presentes dos pilares en los que se asienta la
novela: bullying y fanatismo religioso. Y falta un tercero: la telequinesis. Un
poder paranormal que Carrie descubrirá que posee. Los dos primeros pilares
citados son de temática social, y King los utiliza para crear su historia, para
poder ir construyendo la novela argumentalmente. Porque, realmente, Stephen
King no entra en disquisiciones sobre estos temas, ni parece tampoco querer
aleccionar a nadie, ni siquiera parece querer mostrar un grito de denuncia. Al
menos aparentemente no lo parece. No digo que el lector no pueda sacar sus
conclusiones sobre estas temáticas después de leer Carrie, y pensar sobre lo
que ha leído. Evidentemente que da para reflexión una vez terminas el libro. Lo
que digo es que estos temas parecen, sobre todo y ante todo, elementos
funcionales para poder narrar una historia. No son como esas novelas juveniles
donde el tema de fondo está puesto en primer plano, muy explícitamente. Es el
caso de las novelas de Jordi Sierra i Fabra, por citar uno de muchos autores
que me valen como contraejemplo. Recuerdo una novela suya, Sin vuelta atrás,
que trata sobre el bullying. Son novelas que en muchos casos, desde la propia
sinopsis, ya se muestra explícitamente el tema social sobre el que gira todo, y
son una llamada de atención sobre alguna problemática social. A veces incluso llegan
a parecer una radiografía del problema social. Son obras donde parece que se
piensa un argumento para mostrarte el tema. Stephen King parece hacer lo
contrario: busca un tema para tener, sobre todo, el pretexto para crear el
argumento. No digo que el tema per se no le importe al señor King, sino que
está subordinado. No hay radiografía social, hay una historia, y de esa
historia ya sacarás tus conclusiones. De hecho, en Carrie se ve claramente el
tema del bullying en una época en la que de bullying no se hablaba como se
habla hoy en día. Y pasemos ya al tercer pilar: la telequinesis. Es lo que aporta
el elemento fantástico. Fantástico “y de terror”, iba a añadir. Pero pensándolo
bien, la telequinesis de Carrie no es más terrorífica que el bullying social y
el fanatismo religioso de Margaret White.
Y Stephen King, con estos tres elementos, nos cuenta una
historia rápida de leer, fluida y breve. Y su brevedad me sorprendió un poco
viniendo de King. Estaba acostumbrado a ver en escaparates otras obras suyas y que al
menos pasaban de las quinientas páginas. Pero Carrie es breve, como les digo. La
historia lineal que se cuenta en la novela es corta, pero ancha, ya que se complementa
al narrador externo con un collage muy variado, formado por entrevistas,
noticias en prensa, cartas, documentos científicos sobre telequinesis, actas
judiciales, un diario personal o un libro de investigación que se escribió a
posteriori sobre el suceso que se nos cuenta. Además, de que en la narración
principal a veces también se intercala, entre paréntesis, los pensamientos de
Carrie. Hay quien opina que este collage rompe el ritmo. Pero yo no lo veo así.
Me parece que el collage es un acierto porque aporta un efecto de
verosimilitud. También con este collage se adelanta el acontecimiento trágico
del baile de graduación, a modo de flashforward. Pero esto tampoco me ha
parecido un defecto, quizás porque de antemano ya sabía lo que pasaba al final.
Estructuralmente, la historia se
divide en tres partes: 1- “Deporte sangriento” —que dura días—; 2- “Noche de
fiesta” —dura la noche de la tragedia, desde el inicio hasta el final de la
fiesta— y 3- “Después del naufragio” —esta parte no tiene narración, es todo
collage, y es la parte más corta—. Cada parte, por lo tanto, va concentrando más la acción en menos tiempo,
deteniéndose cada vez más la narración en lo concreto. Y especialmente se
detiene en el momento de la tragedia, cuando Carrie es la reina del baile, y
una broma cruel estropea su noche, trayendo consecuencias trágicas. Ahí es
donde King se recrea más, en ese momento en el que un cubo lleno de sangre de cerdo
cae sobre la pobre Carrie, justo en el momento en el que la coronaban reina del
baile de fin de curso. Ahí es como si King grabase a cámara lenta, mostrando la
reacción inmediata de Carrie, enfocando sus sentimientos maltrechos, así como
también el punto de vista que dan el resto de personajes que presenciaron la
escena. Y no me extraña que King se detenga en ese momento. Porque, a parte de
ser el clímax más alto de la novela, a parte de ser el momento que confirmó la
humillación que Carrie no había dejado de temer en toda la noche, ese momento
representa lo absurdo de la vida, cómo una maldita broma puede truncar el
renacer esperanzador de una persona. En el fondo, uno ya sabe cómo acabará todo
cuando decide leerse la novela. Bien sea por cultura general, bien porque se
adelanta el acontecimiento en la propia novela. Pero King ensancha el camino, y
ves los laterales, la visión de otras personas, la visión —o la no visión— de
una sociedad que juzgará el acontecimiento sin tener toda la información y sin
haber conocido a Carrie.
Porque retrocedamos un momento
atrás. Empieza la novela, y nos encontramos en las duchas del gimnasio de un
instituto. Allí Carrie tendrá, por primera vez, la menstruación. Y en ese momento, desconcertada
y asustada ante lo que no entiende, entrará en estado de shock. Y una vez más volverá a ser el centro de las burlas de
sus compañeras, que se dedicarán a insultarla mientras le lanzan tampones, agravando la situación de ansiedad que sufre Carrie.
Entre esas compañeras que se encuentran lanzándole tampones habrá dos que serán importantes en la historia: Chris
Hangersen, la macarra rebelde, la líder encargada de martirizar al débil y que
en ningún momento siente piedad ni remordimientos. Y Sue Snell que también se
unió y tomó partido del coro que martirizó a Carrie en el suceso de la ducha.
Sin embargo, Sue Snell toma un camino distinto a Chris. En frío, reflexionará y
sentirá remordimientos, e intentará enmendar su error con una buena acción: le
pedirá a su novio, Tommy Ross, que sea el compañero de Carrie en la noche del
baile. Chris Hangersen también pedirá ayuda a su novio, Billy Noland, pero en
este caso para que prepare y ejecute la broma que deje en ridículo a Carrie
delante de todo el mundo, ya que la profesora Miss Desjardin decidió castigarla
sin baile de fin de curso por su comportamiento y Chris decidirá tomarla con
Carrie a modo de venganza. Mis Desjardin será otro personaje importante, se
apiadará y se preocupará por
Carrie, alegrándose
de verla tan radiante la noche del baile. Y los personajes de la novela ¿son redondos?
Bueno, redondos lo que se dicen redondos no lo son. Al menos, no lo son si los
comparamos con los de una novela de
Clarín o de
Edith Wharton. Pero tampoco
sería justo compararlos con novelas naturalistas. La novela que tratamos es
otra cosa. Y para este tipo de novela los personajes son más que correctos, ya
que tampoco se puede decir que sean personajes planos como tablas de planchar —
como sí lo eran en
El pont dels jueus—. Son lo dicho: personajes correctos. Chris
Hangersen es el estereotipo de chica abusona, pero al leer la novela, ¿no nos
parece un personaje muy real? Porque sí, será un estereotipo, pero un
estereotipo que existe y perfectamente reconocible. ¿Nunca conocieron a algún
chico/a que fuera como Chris Hangersen durante sus años de instituto? Además,
teniendo Chris al padre que tiene, se entiende su matonismo
(1). Y en cuanto a
Sue Snell, es un personaje con importancia especial, ya que en el collage de
documentos que muestra la novela se halla su diario personal, donde relata su
visión de los hechos. Sue Snell me ha gustado especialmente, quizás porque
todos, en algún momento, hemos podido actuar como ella y nos hemos dejado
llevar por la masa, sin actuar con la ética adecuada que deberíamos. Y no por
ello ser malas personas, porque Sue Snell no es una mala chica y considero que
dará una visión interesante sobre Carrie. Hablaré de ello más adelante.
Volviendo ahora a los personajes, tan sólo hay uno que no me termina de
convencer: la madre de Carrie. Su radicalismo hace de ella un personaje
grotesco y exagerado, pero no es su radicalismo religioso lo que me falla, no
es que no me crea que pueda existir alguien así. Porque existen. Y los EEUU
parecen un lugar propicio para este tipo de gente. Además, la realidad supera a
la ficción. Y sin embargo, algo me falla. Quizás sea cosa mía porque no sé como
explicar de forma exacta la impresión que tengo, pero siento que
King debería
haber tenido un pincel más fino con Margaret White. Un personaje tan extremo
precisamente creo que hay que trabajarlo muy bien, y he tenido la sensación de
que
King ha tirado de brocha gorda y arreando. Creo que
King debió haber
percutido más con el cincel en el personaje. Tal vez
porque
Carrie es una novela breve y
King va al
meollo. Pero ya les digo, no lo he echado en falta en el resto de personajes
salvo en el caso de Margaret White.
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Amy Irving será en la película de 1976 Sue Snell, la chica que se apidará de Carrie y querrá ayudarla |
Y por supuesto, está Carrie. El
personaje principal que da título a la novela, porque todo gira a su alrededor.
Carrie empezará como víctima y acabará siendo el verdugo. El incidente de la
regla en las duchas con el que se inicia la novela despierta en ella ese poder
telequinético que extrañamente posee —y que en el collage de documentos se muestran
ensayos de carácter científico que teorizan sobre ello—. Un poder que ya tuvo
desde siempre y que no era la primera vez que se le manifestaba, pero Carrie no
terminaba de comprender qué sucedía. Y fue a raíz del incidente de la ducha que
aprenderá a controlar la telequinesis a voluntad. Un poder que le otorgará una
nueva seguridad y que, unida a la petición inesperada para ir al baile por
parte de Tommy Ross, le hará creer que todo puede empezar de nuevo en su vida.
Personalmente, a pesar de todos los pesares, no puedo evitar sentir empatía por
Carrie. En otras reseñas de la novela que he leído se ha destacado la parte
oscura de Carrie, en cómo en ese momento de locura se recrea y regodea haciendo
daño a los demás. Pero por políticamente incorrecto que suene, yo no puedo
evitar sentir más compasión por Carrie que rechazo. Carrie es un animal herido,
al que han golpeado demasiado, y no puedo evitar darle la razón a Sue Snell
cuando anota lo siguiente en su diario:
Pero lo siento por Carrie.
La han olvidado, ¿saben? La han
convertido en alguna especie de símbolo y olvidado que era un ser humano, tan
real como tú, lector, que lees estas líneas, con esperanzas, sueños, etc., etc.
Supongo que será inútil decirte estas cosas. Nada puede hacer ahora que algo
que fue una creación de la
Prensa vuelva a convertirse en una persona. Pero ella
existió y sufrió, probablemente mucho
más de lo que sabemos.
Y por eso lo siento y espero que
ese baile haya sido una experiencia positiva para ella. Antes de que comenzara
el horror, espero que haya sido bueno, hermoso, maravilloso, mágico… (…)
Carrie habló con Tommy el día
anterior al baile. Lo esperó a la salida de una de sus clases y, según él, se
sentía realmente desgraciada, como si pensara que él le iba a gritar que dejara
de molestarlo y que desapareciera de una vez.
Le dijo que tenía que estar de
vuelta a más tardar a las once, o de lo contrario su madre estaría preocupada.
Agregó que no quería estropearle la fiesta ni nada parecido, pero no sería
justo inquietar a su madre.
Tommy sugirió que a la salida
pasarían por el <<Kelly Fruit>> para tomar una root beer y una
hamburguesa. Todos los demás chicos irían a Westover o a Lewinston, y tendrían
todo el lugar para ellos solos. El rostro de Carrie se iluminó por lo que dijo
Tommy. Ella le contestó que le parecía estupendo, sencillamente estupendo.
Esta es la chica que todo el mundo
sigue considerando un monstruo. Quiero que graben eso en sus mentes. La chica
que se contentaba con una hamburguesa y una root
beer de veinte centavos después del único baile estudiantil de su vida para
que su madre no se inquietara…
Estas son las palabras de Sue Snell
después de la tragedia, y por suerte contrastan con el resto de opiniones
unánimes en contra de Carrie, que la juzgan como a una criatura diabólica. Pero
en realidad la cosa no cambió mucho después de la muerte de Carrie en la noche
de la tragedia: siempre fue juzgada negativamente, ya fuera un “demonio” con
poderes telequinéticos o una chica tímida e indefensa que jamás hizo daño a
nadie. Después de su muerte, periodistas e investigadores no conocieron a
Carrie la juzgarán durante. Y estando en vida tampoco se le acercó nadie a
conocerla, era el bicho raro, la hija de la fanática religiosa Margareth White.
¿Para qué acercarse a conocerla? Carrie siempre estuvo condenada por una sociedad
que la rechazaba. Y lo seguiría estando por el simple hecho de tener poderes telequinéticos.
¿Conocen los cómics de los X-men de Marvel? ¿O han visto las películas? Los
mutantes son temidos y perseguidos, considerados engendros humanos que no
deberían existir. Bueno, pues lo mismo parece exponer el señor King con el caso
de la telequinesis en su novela (2).
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Sissy Spacek en el papel de Carrie, la han coronado reina y siente que renace en la vida como un hermoso cisne |
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Pero una broma cruel lo estropea todo. Otra humillación más, la más dolorosa |
Y no, Carrie no era un demonio,
como todos juzgaron. Y pese a su bondad inicial, tampoco era primeramente un
ángel. Carrie simplemente era humana, una humana que explotó ante una presión
desorbitada que sufrió durante toda su vida. Presión en casa por el fanatismo
de su madre, y presión fuera de casa por la crueldad de la sociedad. Un
terrible efecto sándwich que la aplastaba y que la dejaba sin lugar en el que
refugiarse. Y aún así moralmente resistía, siendo a todas luces una buena
chica. Hasta que su resistencia se rompió en la noche del baile, viendo como su
última esperanza de integrarse en sociedad se truncaba. Su rabia, y su poder
telequinético hicieron el resto. Carrie desatará su ira no ya sólo contra los
que estaban dentro del gimnasio en el que se producía el baile, Carrie quedará
desatada, enloquecida contra una sociedad entera que siente que la odia. Porque
efectivamente, la odia. ¿Pero toda la humanidad la odia? ¿No hay excepciones?
Las hay. Pero aquí radica el regusto trágico que nos deja la novela: una broma
inoportuna termina con todo. Porque hay un claro equívoco que en la película
tal vez no se ve tan explícitamente, pero que en el libro se cita literalmente
por el comentario posterior de una alumna que lo presenció:
Cuando
yo era pequeña tenía un libro de cuentos de Walt Disney que se llamaba Canción del Sur y traía esa historia del tío Remus sobre el niño de
alquitrán. Había un dibujo del niño sentado en medio de un camino y parecía uno
de esos cómicos antiguos que se pintaban la cara de negro y mostraban unos
grandes ojos blancos. Cuando Carrie abrió los ojos, tuve la misma impresión.
Era la única parte de ella que no estaba completamente roja. Y como les daba la
luz, tenían un aspecto vidrioso. Que Dios me perdone, pero se veía igual a
Eddie Cantor haciendo ese número de los ojos saltones.
Eso fue
lo que hizo que la gente se riera. No pudimos evitarlo. Era una de esas
situaciones en las que o una se ríe o se vuelve loca. Carrie había sido siempre
el blanco de todas las bromas, y esa noche todos sentíamos que éramos parte de
algo especial, como si estuviéramos viendo a una persona reincorporándose a la
raza humana, y yo fui una de las que dio gracias a Dios por eso. Y luego
ocurrió eso. Ese horror. (…)
Miss
Desjardin salió corriendo en dirección a Carrie. Ya había dejado de reírse y
extendía los brazos hacia ella. Pero, de repente, giró bruscamente y fue a dar
contra una pared al lado del escenario.
Efectivamente, aquella última broma
no fue orquestada por todos, como Carrie cree. Fue idea personal de Chris
Hangersen, y ejecutada con la ayuda de su novio. Las risas fueron involuntarias
ante lo absurdo de la situación y realmente no iban con maldad. Pero claro,
pónganse en el lugar de Carrie, con el historial que arrastra, y miren la
situación a través de sus ojos, las risas a su alrededor después de ser
humillada. Y en su gran noche, la noche que marcaría un antes y un después en la
vida de una renacida Carrie. Y todos se la han jugado, incluida la profesora
Miss Desjardin que se supone que le había ayudado. Y por equívocos así, por un
infortunio caprichoso y por una condición humana que deja mucho que desear
—hasta la persona más buena, como Carrie, explotando, puede actuar con suma
crueldad— la novela que tratamos es terrorífica. Porque en el fondo, el terror
no está en el poder telequinético, como ya he comentado antes. El terror está
en la condición humana que King parece querer retratar (3). Asusta el bullying
y una sociedad que lo propicia. El terror está en la zona oscura del ser
humano, es ahí donde King parece querer llegar. Porque ¿quién necesita poderes
telequinéticos para provocar terror? ¿No hemos tenido suficientes casos de
tiroteos con armas de fuego en escuelas públicas?
Y en definitiva, Carrie es una
novela muy desesperanzadora. ¿Mi valoración final? Por si no se ha notado —que
creo que sí— ha sido positiva. No diré que Carrie me haya parecido un novelón.
Les mentiría. Pero también mentiría si, dándomelas de pedante, dijera que es
literatura basura y que no me ha aportado absolutamente nada. No sólo me ha
entretenido, sino que la historia de Carrie me ha dado que pensar. Es la
primera novela que leo de King. Y pese a que Carrie me ha gustado, de nuevo os
mentiría si os dijera que vaciaría las estanterías de las librerías de novelas de Stephen King. Hay mucho por leer, tengo
demasiadas prioridades, y muchas novelas del señor King no me resultan a priori
muy llamativas. No me haré un lector total de Stephen King, y menos con lo
prolífico que es este hombre. Pero algún título más caerá, de momento ya tengo
anotadas dos novelas suyas que en algún momento tendré que hincarles el diente:
La larga marcha y Misery. Cuando las lea, volveré a abrir La Posada del lector y les contaré. Y por supuesto, apreciados lectores, si ustedes son fans del señor King y se les ocurre algún título que pueda interesarme, con mucho gusto tomaré nota.
Antes de despedirme, creo recordar haberle
leído al propio King autocalificarse como una especie de McDonalds de la
literatura. No recuerdo las palabras exactas, pero algo así vino a decir. Puede
que su literatura sea, efectivamente, una hamburguesa de cadena de comida
rápida. Pero la hamburguesa estaba sabrosa.
 |
Cartel del último remake de Carrie, en 2013, protagonizada por Chloe Grace Moretz. No he visto la película, pero me encanta la expresividad de la imagen, con sangre en un lado de la cara y una lágrima en el otro lado |
Valoración: Notable
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adolescentes, venganza y poderes paranormales
Fragmentos:
(1) Esta es la charla que mantendrá
el padre de Chris con el director del centro:
—¿Quién es usted para venir a
decirme…?
—Cuatro años en <<Ewen
>> —comenzó Grayle sin hacerle caso—. Graduación programada para junio
del 79, el mes próximo. Cociente de inteligencia: 83 como promedio de un test
de 140 puntos. No obstante, veo que ha sido aceptada en Oberlin. Diría que
alguien, probablemente usted mismo, Mr.Hangersen, ha estado moviendo poderosas
influencias. Ha recibido 72 arrestos. Veinte
de ellos por hostilizar a sus compañeras, a las inadaptadas, a las de segunda
fila, podríamos agregar. Tengo entendido que la camarilla de Chris las llama
<<sustitutas>>. Lo encuentran sumamente gracioso. De esos arrestos
no se presentó a 51. En la escuela de Chamberlain, una suspensión por poner un
artificio pirotécnico en el zapato de una chica… En la tarjeta hay una nota que
dice que la broma estuvo a punto de costarle los dedos del pie a la pequeña
Irma Swope. Si no me equivoco, esa chica tiene labio leporino. Le estoy
hablando de su hija, Mr. Hargensen.
¿Todo esto no le dice nada?
—Sí —respondió Hargensen
levantándose. Un leve rubor bañaba sus rasgos—. Me dice que nos veremos en los
tribunales. Y cuando haya terminado con usted tendrá mucha suerte si consigue
trabajo vendiendo enciclopedias de puerta en puerta
(2) Ejemplo de brutalidad humana
para resolver el problema de las personas telequinéticas en uno de los
documentos del collage de la novela:
Si el potencial telecinético se manifiesta
como parte de la pubertad y si este hipotético test se aplica a los niños que
van por primera vez a la escuela, ciertamente que podremos estar prevenidos.
Pero, en este caso, ¿podemos decir que un hombre prevenido vale por dos? Si el
test de la TB
resulta positivo, el niño puede ser tratado o aislado. Si el test TC resulta
positivo, no disponemos de ningún tratamiento, excepto dispararle un tiro en la
cabeza.
(3.1)
Por ejemplo, al principio de la novela, King ya nos habla de una naturaleza
humana, de unas leyes sociales no escritas pero que están ahí. O eso parece.
Lean:
Nadie se sorprendió cuando ocurrió, no verdaderamente, no en ese nivel
subconsciente donde tienen lugar nuestras vivencias más brutales. En
apariencia, todas las muchachas que estaban en las duchas se sintieron
anonadadas, estremecidas, avergonzadas o simplemente felices porque esa cerda
de la White
había vuelto a recibir una buena. Incluso algunas de ellas podrían haber
alegado que el hecho las había sorprendido, pero, por su supuesto, esa
afirmación habría sido falsa. Carrie había asistido a la escuela con algunas de
ellas desde el primer año, y esto se había estado gestando desde entonces,
gestándose en forma lenta e inmutable, según todas las leyes que gobiernan la
naturaleza humana, gestándose con la exacta regularidad de una reacción en
cadena.
(3.2) O
del diario de Sue Snell, cuando da una explicación tan aséptica:
Hay algo que nadie ha entendido
respecto de lo que sucedió en Chamberlain la noche del baile de fin de
curso. No lo ha entendido ni la
Prensa ni los investigadores de la Duke University ni David
Congress —aunque su libro Explosión en
las Sombras, es probablemente el único medianamente decente que se ha
escrito sobre el tema—. Y, por cierto, que la comisión White, que me utilizó
como víctima propiciatoria, tampoco lo entendió.
Y ese algo es un hecho fundamental:
éramos adolescentes.